Nuestra Señora de Fátima: Tercera aparición

13 de Julio de 1917

El 13 de julio, más de 2.000 personas habían comparecido a Cova de Iria.

Las personas presentes notaron una nubecita de color grisáceo sobre la encina; también notaron que el sol se oscureció y un viento fresco sopló, aliviando el calor de aquel auge de verano.

De nuevo fue Lucía quien inició la conversación:

– ¿Que quiere Vuestra merced de mi?

– Quiero que vengan aquí el día 13 del mes que viene, que continúen rezando el Rosario todos los días, en honor de Nuestra Señora del Rosario, para obtener la paz del mundo y el fin de la guerra, porque sólo Ella les podrá socorrer.

– Quisiera pedirle que nos diga quién es; y que haga un milagro con el que todos crean que Su merced se nos aparece.

– Continuen viniendo aquí, todos los meses. En octubre diré Quién soy, lo que quiero, y haré un milagro para que todos crean.

Lucía hizo entonces algunos pedidos de gracias y curaciones. Nuestra Señora respondió que debían rezar el Rosario para alcanzar las gracias durante el año. Después, prosiguió:

– Sacrificaos por los pecadores, y digan muchas veces, especialmente cuando hagan algún sacrificio: Oh Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores, y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María.

Se dió entonces la visión del infierno, descrita, años después, por la Hermana Lucía. Esta visión constituye la primera parte del Secreto de Fátima, revelada sólo en 1941, así como la segunda parte a seguir:

Después de la terrible visión del infierno, los tres pastorcitos levantaron los ojos a la Virgen, como para pedir socorro, y Ella, con bondad y tristeza, prosiguió:

-Viste el infierno, a donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacen lo que yo os diga, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra acabará. Pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor.

Cuando vean una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da, de que va a castigar el mundo de sus crímenes, por medio de la guerra, el hambre y las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre. Para impedirlo, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora en los primeros sábados. Si se cumplen mis peticiones, Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, esparcirán sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia.Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas. Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará! El Santo Padre me consagrará a Rusia, y se convertirá, y se concederá al mundo algún tiempo de paz. En Portugal se conservará siempre el dogma de la Fe; etc…

Aquí se inserta la tercera parte del Secreto de Fátima, revelada el 13 de mayo de 2000.

– Eso no digas a nadie. A Francisco sí, puedes decirlo.

Después de una pausa prosiguió:

– Cuando reces el tercio, decid después de cada misterio: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, llevad las almas todas al cielo, sobre todo las que más lo necesiten.

– ¿Vuestra merced no me quiere para nada más?

– No, hoy no te quiero para nada más.

Y como de las otras veces, comenzó a elevarse con majestuosidad en la dirección del naciente, hasta desaparecer por completo.